El Departamento de Economía Aplicada de la UGR bosqueja el análisis socioeconómico y ambiental de la nueva tecnología de potabilización

El agua para abastecimiento humano es una de las principales preocupaciones en los núcleos de población.

Existen multitud de razones entre las que cabría destacar las siguientes:

  • El agua es la base del desarrollo social y económico.
  • Los diferentes tipos de demanda son cada vez mayores, lo que está propiciando una pugna entre diferentes usos.
  • Los núcleos urbanos están cambiando y se espera que para 2030 el 60 % de la población mundial viva en ciudades, generando pueblos más pequeños y ciudades más grandes.
  • En el contexto general de cambio climático el agua está considerada como un recurso vulnerable.
  • La dependencia energética del ciclo del agua es elevada, incrementando por tanto los costes y los impactos ambientales.
  • La contaminación de las aguas subterráneas, que son la principal fuente de abastecimiento, va en aumento y, por tanto, incrementa la escasez del recurso.

Por tanto, se trata de un asunto complejo que puede ser abordado desde múltiples perspectivas pero que, si se toman de forma aislada, la solución será parcial. Se puede crear un sistema muy rentable económicamente pero que genere gran cantidad de gases de efecto invernadero, lo que ahondaría en uno de los problemas que afectan a los recursos hídricos, dando lugar a un círculo vicioso.

Un aspecto clave a destacar es el contexto socioeconómico. Las zonas rurales están cada vez más despobladas y esto genera problemas de viabilidad en el ciclo del agua, sobre todo económica. Por el contrario, las ciudades cada vez están más habitadas, lo que generará un problema de impacto sobre los recursos hídricos. Las nuevas tecnologías de potabilización, como la presentada en el proyecto LIFE ECOGRANULARWATER, tienen que ser capaces de adaptase a estas circunstancias.

La transferibilidad es uno de los pilares básicos de este proyecto y Torre Cardela es un buen ejemplo de los municipios de España, donde el 62% tiene menos de 1000 habitantes.

Si la solución adoptada para Torre Cardela da respuesta a los problemas ambientales, socioeconómicos y de calidad del agua que se requieren para este tipo de poblaciones, será un modelo a introducir en el resto de municipios.

Para tener en consideración estos aspectos y abordarlos desde un punto de vista holístico, se ha optado por varias metodologías de análisis complementarias.

En primer lugar, se ha planteado un trabajo de campo para conocer la valoración que hace la ciudadanía del servicio de agua. Para ello se ha diseñado un cuestionario a través del cual se pretende recopilar información sobre la satisfacción de la población con el actual servicio de agua, conocer la valoración que los ciudadanos/as tienen hacia el servicio de abastecimiento, aplicando estudios de valoración contingente.

En segundo lugar, se realizará un análisis económico y financiero de la nueva planta a través de la técnica de Análisis Coste-Beneficio. Esta técnica permitirá determinar la viabilidad financiera de cada una de las propuestas.

Por último, en el ámbito medioambiental, se realizará un análisis del ciclo de vida tanto de la planta actual como de la nueva, con el objeto de comparar ambas tecnologías. Para este análisis, y en base a las investigaciones realizadas, ya se tienen definidos los dos escenarios a comparar, el Objetivo y Alcance, habiéndose seleccionado un alcance de la puerta a la puerta “Gate to Gate” para que pueda ser comparado con otras plantas en otras localizaciones y se ha realizado el análisis del inventario de Ciclo de Vida. En las próximas fechas se procederá a realizar una simulación con el software SimaPro 8.

En resumen, se van a aplicar metodologías de análisis socioeconómico y ambiental y su combinación para atender un problema que es poliédrico y así poder arrojar luz sobre cuál es el grado de ajuste de la nueva tecnología propuesta a esta problemática. Las exploraciones iniciales son prometedoras tanto en el aspecto ambiental como económico, pero habrá que esperar hasta el periodo de explotación de la nueva planta para obtener los datos reales.